lunes, 15 de noviembre de 2010

Dulce regalo

Carolina caminó de nuevo para arriba y para abajo. Estaba tan nerviosa que no había podido dormir. Discutía con todo el que le hablaba y por más que quisiera evitarlo siempre terminaba hecha un mar de lágrimas. Pero merecía la pena, pronto vería a su pequeño, su historia sería conocida por mucha gente y al fin podría ir a una librería y verlo expuesto. Un dulce regalo que se había hecho esperar y que al fin tenía.

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