miércoles, 25 de enero de 2012

Es hora de dejarlo ir...

A veces el hecho de aferrarnos a algo o alguien solo nos hace daño. No podemos mantenerlo por siempre a nuestro lado. No debemos agarrarlo fuerte por nuestra seguridad. Por error creemos que lo mejor es tenerlo cerca a pesar del daño pero estamos tan equivocados que solo conseguimos herirnos a nosotros mismo.
Cuando algo no va bien y decidimos separarnos también hay que soltarse la manos. Guardar la distancia de seguridad y evitar que las heridas se hagan mayores. Solo el tiempo dirá si deben volverse a unir o mantenerse separada. Son esas misma manos las que deben decir adiós y dejar de secar lágrimas inútiles. El corazón si se rompe se cura con tiempo, si las historias se repiten solo nos queda seguir adelante y dejarlo pasar. Pero ante todos hacer que nazca de nuevo la sonrisa y la ilusión del primer día.

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