-¡Hola!-dije en un tono alegre.
-¡Hola!.-dijo él entusiasmado.-Yo soy Marcos ¿y tu?
-Yo me llamo Lucía,¡encantada de conocerlo!
La conversión siguió hasta que llegue a mi destino,quedamos en volvernos a ver. Para ello intercambiamos los números de teléfonos.
En los siguientes meses nos tratamos y quedamos más seguido. Durante esos meses fue agradable ,simpático todo lo contrario a lo que demostré ser luego. Después de dos años de relación decidimos irnos a vivir juntos y ahí comenzó la pesadilla.
Una amiga vino una noche ha casa, me encontró llorando y me preguntó que pasaba después de hablar largo y tendido con ella me di cuenta de que de lo que el estaba haciendo conmigo. Esa misma noche decidí volver a ser la misma de antes la chica alocada y no la gris e invisible que era ahora. No me achanté. Cuando escuché que la puerta se abría me levanté y fui a recibirlo. Necesitaba acabar con esto y a hablar con él. Venía bastante borracho pero si no lo hacía ahora no lo hacía nunca.
-¡Se acabo!-grité decidida
-¿Como? ¡Tu sin mi no eres nada!-dijo agarrándome por el pelo.-¡No vales nada!,¿crees que eres alguien?
-¡Vete! ¡Vete de mi casa!
-Tu de aquí no me echas ¡te enteras! Antes te mato
Asustada salí corriendo de allí,para deshacerme de él le di una patada en la entrepierna. Corrí asta llegar a casa de esa amiga, la amiga que me abrió los ojos y me demostró que ninguna mujer es menos que un hombre sino que ambos somos iguales. Y que alguien que te quiere nunca te humilla y te hace sentir mal.
Ahora ya ha pasado un tiempo y tengo a mi lado una pareja que me quiere, me cuida y me respeta. Y que me a enseñado mucho. Sobre todo que no debemos de dejarnos humillar por nadie y mucho menos por alguien que no vale nada como persona.
y lo peor es que alimañas como esa las hay a puñados...
ResponderEliminarbesotes!!
Por desgracia si :( Besotes:)
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