sábado, 23 de octubre de 2010

Lejos de casa

Cuando Silvia salió por la puerta de su casa un veintiuno de febrero, sabía que en cuanto pusiera un pie en aquel avión debería caminar sola. Era su turno de conocer y aprender. Siempre supo que ese día llegaría; ahora, le pareció pronto. 
Cuando lo imaginó, le pareció muy lejano. Cogió sus maletas y se despidió de su hogar hasta entonces.
Todo se convertiría en un recuerdo. Las lágrimas no cesaron, no quería pero debía marcharse.
Su destino la esperaba a kilómetros de allí, muy lejos de casa y de la familia.

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